jueves, 20 de mayo de 2010

Futuro Inesperado

Primera parte: Narrado por Jasper

Mientras Carlisle la revisaba, sus ojos iban y venían…observando todo minuciosamente.

-Muy bien. Estás más que sana- le dijo a ella dedicándole una sonrisa.
-Ella piensa que eres guapo- le comentó Edward a Carlisle.
-Gracias. Tú también eres preciosa- respondió él.

Cass observaba a Edward con fascinación. –Sí, yo puedo leer tu mente y la de los demás…excepto la de mi querida esposa, al menos que ella quiera- le dijo Edward a Cass.
-Cass- la llamó Alice para explicarle –Edward está aquí para ayudarte a que nos cuentes que te sucedió-

Ella negó con la cabeza.

-Sólo queremos entender- supliqué –Por favor-

Ella centró su mirada en Edward de nuevo.

-¿Mami y papi?- preguntó Edward mirándonos a Alice y a mí.

Eso significaba que ella nos consideraba sus padres.

-Ella no quiere que la odien- aclaró Edward.
-Eso jamás- casi grité. Alice continuó –jamás podríamos odiarte, sólo queremos comprenderte más-
Cass tomó un gran respiro y Edward empezó a relatar como si fuera ella la que hablaba.
-Yo asesiné a mi madre-

Carlisle colocó su mano en mi hombro para luego dirigirse a ella –Las mujeres humanas como tú mamá no suelen sobrevivir al parto. Era de esperarse que muriera. No es tu culpa-

-No- continúo Edward –Ella estaba viva, sobrevivió al parto- hubo uno pausa durante unos minutos.
-Mis padres me amaban. Podía escucharlos hablar sobre mí todo el tiempo. Eran felices. Yo estaba dormida cuando unos gritos me despertaron, ellos discutían. Luego hicieron planes. Esa misma noche, yo nací. Él estaba enojado. No me dejó ver a mi madre- hubo otra pausa.

En ese instante sentí angustia. La mía mezclada con la del resto de la familia. Todos estaban escuchando, incluso Nessie y Dom. Ellos empezaron a sollozar. Pude haberlos relajado pero yo mismo estaba fuera de control.

Edward continúo –Mi padre me colocó en una cuna en otra habitación, su rostro seguía siendo severo. Luego él salió, supuse que para ver a mi madre y no volvió en un buen tiempo. Durante su ausencia, la puerta se abrió…era mi madre.
Se acercó a mi mí, llorando y sostenía algo en sus manos…un arma-

La mano de Alice presionó la mía, lo que me sacó del trance en el que me había sumergido esta siniestra historia. No me había percatado de que Edward dejó de hablar de nuevo.

-Continúa- le farfullé. La historia siguió: -Yo sabía lo que ella iba a hacerme. Dejé de pensar en ella como mi madre. En ese momento o era ella o era yo…no sé como pude ver a través de su cuerpo, como si se tratase de un cristal y me percaté de qué era lo que la mantenía con vida…su corazón. Me concentré tanto en ello que el corazón se detuvo y ella se desplomó-

Todos se estremecieron, incluso los que estaban en la sala escuchando. No era difícil adivinar cuál era el don de Cassidy (si es que se le puede llamar don). Ser capaz de detener la actividad de un órgano con sólo pensar en él, convierte a esta niña en una herramienta letal. En manos equivocadas sería una pesadilla…esto me recordó en algo a mi pasado.

Ahora la mano de Edward estaba en mi otro hombro. Volvió a al relato.

-Y después, cuando mi padre llegó, lo único que él pudo ver era el cuerpo sin vida de la mujer que más amó en el mundo. Pude sentir su tristeza y arrepentimiento mientras pronunciaba constante mente su nombre…Lydiah.

-¿Por qué lloras? ¿Te sientes culpable- me preguntó mientras me ataba con unas sogas. Yo no podía detener mis lágrimas, me dolía todo lo que sucedía.
-Me cargó en brazos y me llevó lejos. Me depositó en aquel bosque y sus palabras finales fueron: Yo jamás seré capaz de matarte, eres mi hija y te pareces tanto a ella; pero eso no cambia el hecho de que eres una asesina…alguien se encargará de ti pronto-

-Pensé que moriría…sabía que lo haría. Aunque lo quisiera, los animales del bosque no podían herirme. Mi habilidad salía a flote y de repente o están muertos o heridos. Mi única oportunidad de morir era de hambre…así que lo intenté-
-El frío y el hambre se incrementaban pero no me daba temor morir, hasta que dos días después…aquella noche, apareció un lobo…eran tan diferente. Por primera vez tuve miedo-

-Fue entonces cuando lloré en busca de ayuda y llegaron papi y mami al rescate-

Cass estaba sentada en uno de los sillones, miraba sus manos, nerviosa. Yo podía oír los llantos afuera. Eran los niños. Cass se inquietó por esto pero luego fijó su mirada en nosotros esperando que dijéramos algo.

-Gracias- conseguí decir con la voz algo áspera –nos alegra ser tus nuevos padres y por supuesto no te odiamos. Te prometo…que nunca volverás a pasar por algo así-

Alice se lanzó a abrazarla, mientras unas lágrimas de felicidad recorrían las mejillas de mi tierna hija. De inmediato libré a todos de su dolor. Fue la primera vez que usé mi habilidad con Cass, la situación lo requería.

-Bueno, no más lágrimas- mencionó Alice tratando de sonar alegre –tenemos cosas por hacer-

Se dirigió afuera de la habitación con la niña en brazos y todos la seguimos, listos para seguir con nuestras vidas justo en donde las dejamos.

Segunda Parte: Narrado por Seth

Era un hermoso día, no pude evitar pasármelo en la playa. El agua estaba deliciosa…y las chicas también. He salido con un par de chicas en estos últimos meses pero no he tenido una relación de verdad, así que me siento libre de cierta forma.
Leah estaba feliz, ahora que había olvidado a Sam, ya no había ningún tipo de resentimiento entre nuestras manadas.

Fui a casa a cambiarme de ropa. Estaba esperando a mi hermana para ir donde los Cullen. Edward practicaba el pastel de bodas y nosotros éramos los degustadores, lo cual era genial. Ed es el mejor cocinero del mundo.

Jake nos advirtió que no fuéramos a la mansión de los Cullen sin previo aviso. Un nuevo híbrido era parte de la familia, lo único que Jake sabía era que se trataba de una niña que le tenía pánico a los lobos. Se podría decir que es la hija de Alice y Jasper, y que éste último la sobreprotege.

-Y bien hermanito ¿estás listo? ¿O ya te cansaste de tragar pastel?- me gritó Leah
-Sí, listo. Vámonos-

En realidad no teníamos prisa pero igual Leah quería una competencia, así que corrimos. Últimamente estaba tan entusiasta.

En el camino nos encontramos con Quil y Embry, los cuales nos acompañaron también. Entre más degustadores mejor.

Cuando llegamos Jake y Nessie nos esperaban en el jardín de la casa.
-Hola chicos- nos saludó Nessie con una voz dulce.
-Hola Ness, ¿cómo andas?- pregunté
-Muy contenta, mis padres van a casarse el viernes. Mamá está muy emocionada-
-¿Y ya está listo el pastel?- preguntó Quil
-Pasteles- corrigió Jake
-¿Podemos pasar?- preguntó Embry
-Un momento- pidió Nessie.

Ingresó a la casa, mientras Jake observaba cada uno de sus pequeños movimientos. Al abrirse la puerta, una hermosa canción de piano llegó a mis oídos. Yo no era fanático de la música clásica, pero las melodías de Edward eran algo que no se podían dejar de escuchar.

No pude evitar acercarme a la puerta entreabierta, el sonido era cada vez más alto. Eché un vistazo, sólo uno pequeño, y como si mis ojos fueran guiados por una fuerza sobrenatural, mi mirada se fijó en una pequeña niña de cabellera negra con un brillo azulado.
Ella danzaba al ritmo de la canción, con un lindo vestido blanco, hasta que sus ojos verdes (de un tono que no había visto jamás) hicieron contacto con los míos, en ese instante todo a mi alrededor dejó de importarme.
Olvidé el motivo por el cual yo me encontraba aquí. Fue como si no hubiese vida antes de ella.

No me dí cuenta de que ya estaba dentro de la casa, a medio metro de ella, cuando escuché los gruñidos amenazantes de Jasper.

-Aléjate- consiguió decir mientras apretaba la mandíbula y se colocaba detrás de ella.
-Yo…lo siento- retrocedí unos pasos. La verdad es que no me arrepentía de nada. Lo volvería a hacer si eso significaba que podía verla.
-Déjalo Jazz- le dijo Alice –Cass no está asustada-

Su nombre era Cass.

-Mucho gusto Cass- le dije.
–Cassidy- replicó ella mientras se acercaba a mí. Mi corazón se aceleró.
-Cassidy- la llamó Jasper –ella se volteó y se lanzó a sus brazos. Él la llevó escaleras arriba y yo me sentí más solo que nunca.

-Seth- era la voz de Edward- vamos te necesito aquí. No te preocupes Alice está de tu lado-

Ví como Alice me guiñaba un ojo mientras se dirigía a la computadora.

Fuimos a la cocina: Leah, Jake, Quil, Embry, Ed, Ness y yo. Edward nos ofreció mini tortas a cada uno, de diferentes sabores. Yo no pude saborear nada, mis sentidos estaban en otro lado…

-¿Quieres que te cuente la historia?- me preguntó Edward al mismo tiempo que colocaba merengue en uno de los pasteles.
Asentí. Edward narraba la historia y yo me quedé paralizado. Ella sufrió tanto hace unos meses y ahora baila y sonríe. Ella es genial, pensé.

-Sí…lo es- concordó Edward –Aunque al principio era tímida ahora no para de hacer preguntas. Está siempre metida en todo, hasta en un pequeño arreglo en el vestido de novia de Bella- sonrió –Es la mejor amiga de Reneesme, y con Dom…no sé como describir esa relación-

-¿Así que te imprimaste de ella?- me interrogó Leah mientras masticaba.
-Ehm…- mis compañeros me observaban –Creo que sí-
-Mejor que Rose no se entere. Ella quiere a la pequeña preguntona como novia para Dominic- intervino Emmett que acababa de entrar a la cocina.

Leah hizo una mueca –No tengo nada contra ti, Leah- continuó Emmett –Me parece genial que seas la chica de mi hijo, pero Rose…ya la conoces-
-Sí- contestó mi hermana sonriendo.

-Bienvenido al club- me dijo Quil con una gran sonrisa.
-¿Gracias?- contesté inseguro. La nueva ola de sentimientos me tenían algo desconcertado.

Y la tarde pasó entre pasteles, los comentarios de mis amigos y las bromas de Emmett acompañado de mi algo fastidiosa hermana, esos dos se habían vuelto grandes amigos y sus bromas eran pesadas.

A la hora del crepúsculo, decidí marcharme con los chicos. Hoy Leah se quedaba a dormir aquí, yo lo haría también…si tuviera un motivo. Es obvio que el pasado de aquella niña es un obstáculo para nuestra amistad.

Salíamos por la puerta cuando Nessie me dijo –Espera Seth- se acercó a mi oído y me susurró: -Ella no te tiene miedo…es el tío Jasper. No te preocupes, ya entenderá. Cass quiere verte mañana para jugar, ¿vendrás?-

-Claro- respondí. No tuve que pensar mucho en la respuesta. De ahora en adelante, yo estaría donde ella me quisiera y haría lo que ella me pidiera, y me sentiría bien.

Mi libertad se terminó y no me importaba, porque ahora era preso de un amor como ningún otro, y yo no podía ser más dichoso.

Al enterarse mi madre de mi imprimación, se alegró y luego se entristeció al saber de quien se trataba. Ella no tenía nada en contra de los Cullen, pero al igual que Leah, uno de los padres de mi alma gemela no estaba de acuerdo con eso y mi madre no deseaba verme sufrir.

Al siguiente día, aquel miércoles, fue el mejor día de mi vida. Pude pasar tiempo de calidad con Cassidy aunque ella mantenía cierta distancia conmigo. Pensé que se debía a que yo era un licántropo, pero después me percaté de que el motivo era Jasper. Tenía su mirada fija en nosotros. Una mirada severa que cambiaba a una sonrisa cuando ella lo miraba.

Cass sabía que a su querido papá no le agradaba que yo estuviera con ella, así que por el momento ella lo complacía.

Creí que eso nunca me molestaría, pero nadie esperaba lo que sucedería después…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola... Genial tus historias... pero chica !! me tienes a la espera jajaja, plx publica mas ya quiero saber que paso despues!!

Saludos!

just the way you are dijo...

ola me fasina tu blog no me lo pierdo por nada pliz sigue escribiendo, y mira pliz mi blog soy nueva eb esto y kiero k me dijan lo k le kito o lo que me falta
http://todocomiensaconundespertar.blogspot.com/