domingo, 6 de junio de 2010

VESTIDOS


Estos son los vestidos con los que me imaginé a Bella en el capítulo Mío y Tuyo: el vestido de novia y el vestido rojo de noche...pronto habrá otro vestido...

Mío y Tuyo

Narrado por Edward

Sé que Bella no lo soportaba más. Y siendo honesto, yo tampoco. Los días que se supone duraría la “abstinencia”, se convirtieron en meses con la llegada de Cassidy.
Alice disminuyó el ritmo de los preparativos ya que ahora tenía una hija que criar, en cambio yo me moría de ganas de tomar a Bella y hacerla mía. Sin embargo, tuve que esperar hasta el día de hoy…por fin el día de la boda había llegado.

Las noches de los últimos meses eran un martirio. Bella y yo veíamos a Reneesme dormir mientras la electricidad zumbaba entre nosotros. Ni siquiera podía besarla en las noches, un simple beso era un peligro ya que podía desatar nuestros más bajos deseos…

Bella nunca estuvo de acuerdo con la abstinencia así que durante las primeras semanas, trató de cambiar mi “opinión” haciendo uso de nueva lencería y sus técnicas de seducción aprendidas quién sabe donde.
Cuando desistió de su irresistible plan, yo estaba agradecido. No iba a poder soportar una noche más de sus: “Edward, por favor”.

Estábamos juntos en la habitación de Nessie, esperando para verla despertar, algo que nos maravillaba no importa cuántas veces lo hubiéramos visto antes. Bella se despidió de ambos y se marchó antes a la casa de Carlisle porque Alice y Rose iban a ponerla hermosa, algo imposible, ya que ella era perfecta tal y como estaba.
Yo llevé a Nessie a cazar. Jacob nos alcanzó en el camino, así que intercambié unas palabras con él. Quería mantener mi mente concentrada en cualquier cosa que no fuera Bella, o no podría esperar a la noche…

Terminando de “desayunar”, nos dirigimos a casa de Carlisle. Como siempre Alice no me decepcionó: el exterior de la casa lucía mucho más blanco de lo usual, debido a los adornos y las rosas blancas. El interior tenía un aspecto azul platinado que permitiría que el vestido de mi amada esposa resaltara.

-Precioso, ¿no?-
-Sabes que sí, Alice…gracias-
-De nada, querido hermanito. Aunque algo me dice que pronto vas a olvidar esto-
Sonreí. Todos sabían que nuestro entusiasmo se debía a la luna de miel. Bella siempre fue una pésima mentirosa. Emmett aprovechó este hecho tanto como pudo, al principio me molestó pero después lo dejé pasar. Mi buen humor mejoraba cada día y nadie cambiaría eso.

Alice iba de aquí para allá dando órdenes, todos ayudaban, excepto los novios. Esme y Rose debían estar ayudando a Bella y yo no podía ver nada…ella tenía cada vez más control de su escudo.

El tiempo pasó deprisa, pronto ya era la hora de que yo me vistiera. La boda se celebró en la tarde…una tarde algo lluviosa que ensombreció el ambiente. Lo bueno fue que todos nuestros familiares estuvieron allí, incluso Garrett, que al estar con Kate, ahora ya lo consideramos parte de la familia. Nuestros amigos, los lobos, también asistieron…y nuestros otros “amigos” (Los Vulturis) fueron invitados también pero sólo Aro asistió. Hasta último momento Alice no pudo decir si él venía o no.

Él mantenía sus pensamientos en un bajo perfil pero de vez en cuando lo que él pensaba se tornaba irritante para mí, ya que no apartaba la mirada de mi hermosa y despampanante esposa…su vestido llamó la atención ya que era muy ajustado en la parte arriba y algo transparente (cortesía de mi querida sobrina Cassidy). Supongo que mis celos no tenían remedio.
Pero debía controlarme. Después de unas cuantas horas sería yo el único que la miraría y entonces…
Mis pensamientos fueron interrumpidos por una conversación entre Aro y Carlisle.

-Gracias por la invitación, mi querido Carlisle. Es como siempre una alegría para mí vivir esta celebración contigo y tu familia.
-El placer es mío al tenerte aquí Aro, en realidad, me sorprende que hayas venido-
-No podía perderme el espectáculo de ver a Isabella vestida de novia- sonrió entre dientes mientras yo gruñía por lo bajo.
-Claro- Carlisle sonrió en respuesta para después hacer una pausa. Luego continuó –¿No habrá otro motivo?-
-¡Oh!..Olvidé que me conoces muy bien-
-Entonces, ¿en qué te puedo ayudar Aro?-
-Verás…me intrigan mucho tus nuevos nietos…los adoptados-

Aro dirigió una sugestiva mirada hacia los niños que bailaban juntos en medio del salón, mientras los adultos bailaban a su alrededor. La música estaba a todo volumen pero eso no evitó que todos los vampiros escucháramos la conversación. A mis hermanos no les gustaron las palabras de Aro.

-¿Cuál es tu curiosidad?, ellos no son peligrosos o acaso… ¿deseas saber si ellos son “especiales”?- lo interrogó Carlisle siendo perspicaz.
-¿Tienen dones?- preguntó Aro al extender su mano hacia Carlisle para usar su habilidad.

Carlisle lo pensó. Negarse sólo lo comprobaría, pero igual él no quería hacerlo. Era obvio que Aro desearía tener vampiros como Dominic y Cassidy en su aquelarre, pero también era obvio que pelearíamos si fuese necesario.

-Este no es tema de conversación para una boda y menos para la mía- interrumpió Bella con una gran sonrisa en su rostro y una increíble tranquilidad.
-Mis excusas Isabella, no era mi intención arruinar tu día. Permíteme decirte que te ves increíblemente preciosa esta noche-
-Gracias Aro, aprecio tu cumplido y tu regalo. Como siempre una joya muy brillante- Bella sacudió su cabello lo que distrajo a Aro por unos instantes y yo me enfurecí por los celos.
-De nada- consiguió contestar él.
-¿Te gustaría bailar?- se ofreció Bella aparentemente ansiosa. Pero yo la conocía mejor que nadie y sabía que ella actuaba así para cambiar las intenciones de nuestro peculiar invitado.
-Me encantaría- me miró de reojo- pero debo marcharme ya. Hasta pronto querida- dijo mientras besaba el dorso de la mano de la que se había convertido en mi esposa por segunda vez.

No pude controlarme más y me dirigí hacia ellos. Esme me acompañó.

-Carlisle, fue como siempre un gusto volver a verte- se abrazaron- Espero que algún día me visiten así como yo planeo visitarlos pronto.
Se fue así como llegó, dejando un leve sabor amargo a la tarde que se transformaba en noche.

Él planeaba regresar…pero no solo.

Rosalie y Jasper eran los más asustados pero Alice trató de tranquilizarlos asegurando que no pasaría nada malo.

Esme se acercó a Carlisle, para llevarlo a bailar así como yo hice con Bella. A pesar de que ella no era fanática de las fiestas, nunca se podía negar a un baile conmigo. Y eso me complacía mucho.

La luna llena podía verse en el cielo a pesar de que aún no era la noche. Bella y yo nos cambiamos de ropa. En esta ocasión su vestido era rojo, lo cual la hacía lucir más pálida pero igual de hermosa; también lucía un gran escote que luché par dejar de mirar, y las brillantes zapatillas que compró con Alice en Seattle.

El momento de las despedidas llegó. Bella se tomó su tiempo a solas con sus padres, tratando de aprovechar cada minuto de la inmortalidad de ellos. Lo más difícil fue decirle adiós a Reneesme. Nuestro viaje no sería largo pero no poder verla durante días, partía mi muerto corazón.

Ya en la limusina, el ambiente de melancolía (por nuestra hija) cambió. Las ansias de Bella junto con las mías, parecían inundar todo a nuestro alrededor. Volvimos a la Isla Esme, claro que, en esta ocasión algo era distinto: ya no temía dañar a Bella y podría hacer de esta noche algo inolvidable.