Narrado por Renesmee
El tiempo vuela cuando realmente disfrutas de la vida…y de tus seres queridos.
Hace más de cinco años que mis padres y yo vivimos aquí en New Hampshire, ya que mamá estudiaba Literatura en la Universidad de Dartmouth y yo asistía a un colegio privado en el mismo lugar.
Mamá no vivía en el campus de la universidad, ella, papá y yo teníamos una casa muy bonita y clásica de colores claros y con un porsche como en las películas.
Nosotros no éramos los únicos que estábamos fuera de Forks. Los abuelos, Carlisle y Esme, viajaron a Europa en busca del vampiro que nos haría regresar a Forks “como si fuera la primera vez”; los tíos Emmett y Rosalie junto con Dominic además de Cassidy junto con los tíos Jasper y Alice estaban viviendo en Denali. Pero todo esto era temporal.
No permanecíamos separados tanto tiempo. Durante las vacaciones, feriados, y cumpleaños, todos (incluidos los lobos) nos reuníamos en Denali, junto con mis otros tíos, Carmen, Eleazar, Garrett, Kate y Tanya. Mi favorita es la tía Carmen, me encanta cuando se dirige a mí en español. El tío Garrett es muy divertido y directo, pero la tía Tanya…no es que no me agrade pero su comportamiento a veces me llama la atención.
Después de desaparecer de Forks por un tiempo (aunque siempre regresábamos a visitar al abuelo Charlie), nos pusimos de acuerdo para volver después de la graduación de mamá.
Yo quería regresar ya…quería a Jacob a mi lado otra vez.
Jake me acompañó durante mis primeras semanas aquí, pero él debía velar por la seguridad de la reservación. Así que, aunque odiara la idea de no estar con él, le pedí que se fuera…igual seguíamos en contacto.
Dom seguía devastado por la ausencia de Leah y a pesar de que Cass lucía indiferente con respecto a Seth, yo sabía que ella sufría también y es que ellos al igual que Jake no podían permanecer lejos de La Push por mucho tiempo.
Mis vacaciones empezaron hace 3 semanas y como mis notas fueron excelentes, como siempre, papá y mamá me premiaron con diversos regalos. Pronto descubrí que también era un débil intento de que dejara de sufrir por Jake…no existía cosa en el mundo que deseara más que la compañía de Jacob. Sólo verlo, eso necesitaba aunque difícil era que me conformara con sólo eso. Tanto era el deseo y la necesidad, que amenazaban con volverme loca.
Él siempre piensa en mí, hace cualquier cosa por mí, vive por mí…porque es mío. Así fue desde la primera vez que nuestros ojos se encontraron, y ahora siento que yo le pertenezco a él.
La graduación de mamá es mañana por la tarde, así que el jueves ya estaríamos viajando a Forks.
Los abuelos, que ya habían culminado su búsqueda, ya estaban llegando al pueblo más lluvioso de los Estados Unidos, al igual que Dom y sus padres.
En cambio, Cassidy, la tía Alice y el tío Jasper vendrían para la ceremonia de graduación y luego todos juntos regresaríamos a casa.
El día estuvo tranquilo pero aburrido. Ahora encerrada (porque así lo deseaba) dentro de las 4 paredes de mi habitación, escribía en mi diario recostada en mi suave cama.
Al observar el reloj que reposaba en mi escritorio sentí mi corazón golpeteando con fuerza dentro de mi pecho. Todos los días a las 9 de la noche, recibía una llamada de Jacob, escuchar su voz aliviaba mi ansiedad.
Mi madre era menos tolerante que papá en cuanto a mi relación con Jake, a pesar de aún éramos sólo amigos. Se supone que mamá es la mejor amiga de Jake por lo que sería normal que mi amistad con él no le molestaría pero luego intervino papá en el asunto.
Sé que lo de leer mentes no se puede controlar, pero en ocasiones era un fastidio que todos mis pensamientos fueran del conocimiento de mi anticuado padre. En cuánto pensé que “ser la amiga de Jake” me era insuficiente, papá alertó a mamá y los dos se pudieron estrictos en mis contactos con él.
¿Qué es lo peor que podía pasar? ¿Qué me enamorara de él? Enamorada ya estaba pero supongo que amar es distinto…un ejemplo claro son mis padres. El amor que se profesan es asfixiante y aún así me encantaría vivir ese tipo de amor.
Cuando Dominic cumplió 5 años, la fiesta fue organizada por la tía Rose. Su amor y devoción por su único hijo quedaba más que demostrado en cada una de las fiestas debido a su perfección. Aunque el tío Em aceptaba a Leah, la tía Rose no…Leah sólo quería lo mejor para mi primo y siempre permanecería a su lado.
La diversión reinaba hasta que llegó el momento en que el cumpleañero soplaba las velas y pidió un deseo, todos aplaudimos. Súbitamente Dominic agarró a Leah por la cintura y la besó en los labios. En frente de todo el mundo.
La tía Rosalie quedó en shock mientras la tía Alice tomaba fotos y mis padres, al igual que el tío Jazz entraron en pánico…por si sucedía lo mismo con Cass y conmigo.
Se podría decir que desde ese día que desde ese día mi primito tiene novia. La distancia los entristece pero no los separa…los fortalece.
La melodía de “Claro de Luna” de Debussy interrumpió el curso de mis recuerdos. En seguida de lancé hacia mi celular, que estaba a los pies de mi cama.
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—Hola—dije emocionada
—Hey Ness ¿cómo estás? —contestó con voz ronca y atractiva.
—Como siempre aburrida hasta que tú llamas—
—Sí…como siempre—rió—deberías descansar, mañana acompañaras a tu mamá en su gran día—me aconsejó.
— ¿Tú no vienes? —pregunté de forma imperiosa
—No Nessie. Iría pero surgió algo por acá y tengo trabajo pendiente—
— ¿Es algo malo? —la sola idea de que le pasara algo me perturbaba
—Aún no lo sabemos. Estamos en eso—dijo serio—No te preocupes, si hubiese algún riesgo, les avisaremos para que pospongan el viaje y claro protegeremos al resto de la familia que está a nuestro alcance.
Un nudo se hizo en garganta por lo que mi voz salió más baja—Estoy preocupada por ti—
Volvió a reír—Tenías que ser hija de Bells. No olvides que somos muy fuertes, ten confianza, ¿vale? —
—Lo siento—reí devuelta sin verdadera felicidad. Últimamente cuando incluía a mamá en nuestras conversaciones, me invadía un enojo instantáneo.
— ¿Aún no llega Cass? —preguntó de manera que olvidé mi irrazonable enojo.
—No…supongo que por la mañana estará aquí—
—Vale, entonces le diré a Seth que la llamé en la mañana—
—Oye, Jake…te extraño mucho, desearía que estuvieses aquí conmigo—mis ojos estaban algo húmedos.
—Yo también…aunque tus padres…—
—Ellos no tienen nada que ver—musité interrumpiendolo—Esto es entre tú y yo—dije imponiendo mi lado rebelde.
Jacob empezó a reírse a carcajadas—Pero claro que eso es entre nosotros, pero ya sabes no puedo irme en contra de tus padres porque Bella es mi amiga y Edward…me ha tenido bastante paciencia—volvió a reírse
Solté un bufido. A veces deseo que Jake se rebeldice conmigo y me secuestre.
—Nos vemos pronto, así que no estés triste ¿vale? —me dijo con ternura. Él sabía que cuando yo me comportaba enojaba era porque en el fondo estaba triste. ¿Podría ser él más perfecto?
—Sí, por supuesto—contesté con felicidad y esperanza de que nuestra separación terminara pronto.
—Entonces…nos vemos—se despidió con duda
—Claro…bye—
Ambos esperamos en silencio a ver quien colgaba primero (no podíamos evitarlo), y lo hice yo. Él jamás sería capaz de colgarme por su propia cuenta. Sonreí con satisfacción. Era realmente mío.
Me tiré en mi cama y me arropé. Aunque mis ojos estaban cerrados mis pensamientos seguían fluyendo. Mis padres entraron a mi habitación para desearme buena noche, después me concentré en descansar.
El reflejo del sol en mi ventana y unas voces familiares me alertaron de que ya había amanecido, es decir Cassidy ya estaba aquí.
Me di una ducha, me vestí y bajé a desayunar esa horrible comida humana que papá preparaba, aunque según mi mamá, él era el mejor cocinero del mundo.
Era reconfortante tener a parte de la familia con nosotros otra vez. Los saludos no tardaron en llegar y los comentarios de la tía Alice sobre el vestuario de mamá eran típicos. Al menos en mi caso, contaba con la asesoría de Cass y ya sabía exactamente que usar.
—Y bien, ¿cómo has estado Nessie? —se sentó conmigo en mi cama.
—Súper, ayer hablé con Jake—
—Como siempre—me dijo en tono cansino
—Sí, como siempre—reafirmé—eso me recuerda que Seth va a llamarte.
—Esté bien—me contestó con indiferencia
Cass era experta en ocultar sus sentimientos, pero yo la conozco bien por lo cual sé cuando miente.
Su teléfono sonó.
—Bonjour—contestó seria
—Sí…exacto—su semblante se relajó
—Mmm…—rió
—Gracias—sus ojos brillaban—por supuesto—
—Yo también—su voz se tornó melancólica
—Bye—colgó.
—No deberías hacer eso—le reproché
— ¿Hacer qué? —preguntó confundida
—Fingir que todo sigue igual entre Seth y tú, le mientes a él y a ti misma—
—Claro que no—replicó frunciendo el ceño
—Claro que sí, estás guardándote lo que sientes y un día vas a explotar—
Ella solo rió a carcajadas ignorándome. Se levantó de la cama con rapidez y elegancia y trajo una de las maletas. —Tu vestido está precioso—cambió el tema de conversación con una gran sonrisa.
Entorné los ojos, ella era terca. Trataba de pasar la mayor parte de su tiempo con su papá, para hacerlo feliz antes de que todo se vuelva definitivo; y no faltaba mucho. La paciencia de Seth se acababa. Él siempre fue tranquilo pero los consejos de Leah o el libre albedrío que Jake le dio, lo volvió más exigente. Cada vez que se encontraba con el tío Jasper, una pelea de miradas envenenadas se desataba, hasta que Cass o la tía Alice intervenían.
No nos tardamos mucho en arreglarnos para el evento. Mamá lucía un despampanante vestido negro por lo que papá no dejaba de mirarla y besar su mano.
Durante el camino a la universidad, recibimos una llamada del abuelo Carlisle para avisar que ya estaban en Forks, y que todo allí era borrón y cuenta nueva, al menos para los conocidos como el abuelo Charlie y la gente de la Push, todo seguía igual.
En un momento papá, que estaba hablando con el abuelo, le pasó el celular a Cass, que se sentaba a mi lado en el auto.
—Hola querido—dijo ella sonriendo
Tenía que ser Dominic. La relación entre ellos siempre fue tan…extraña. Parecían enamorados. Si Seth y Leah no existieran, Cass y Dom serían la pareja perfecta y en ocasiones, así se comportaban.
En cambio, mi relación con él era de hermanos. Me trataba como si yo fuera su hermanita aunque él fuera menor que yo. Tan sobreprotector como papá y el tío Jazz.
Y claro mi querido primo es el chico perfecto, de eso no hay duda. Cariñoso, talentoso, inteligente, caballeroso, guapo, paciente…absorbió las mejores cualidades de los hombres de la familia Cullen. No le envidiaba nada a nadie y era…modesto, cosa que sorprende siendo el hijo de la tía Rosalie.
—Sí, no te preocupes—seguía diciendo Cass.
—Nessie está aquí a mi lado—
—Él te manda saludos—me dijo ella. Le sonreí en respuesta.
—Si, ya sé. Claro, eso es obvio—continúo diciéndole
—Bye, besos…sí, yo también te quiero—
Colgó y me sonrió mostrando sus destellantes dientes, al igual que la tía Alice.
La ceremonia fue tan desesperante. Era como si justamente hoy, las horas pasaran más lento. O quizás era mi deseo de salir de aquí y tomar el primer avión que me llevé a Atlanta.
La tía Alice empezó con la fiesta de fotos desde que mamá fue nombrada para que recibiera su diploma hasta que salimos del salón de actos.
Apenas llegamos a la casa, llevé a Cass a mi habitación y empezamos a hacer mis maletas. Ese día no pude dormir, conversé con Jake como por 2 horas en el teléfono, acerca de la graduación entre otras cosas. Si hubiese sido humana, la cara me estaría doliendo por tanto sonreír mientras oía su voz.
Cass me dio privacidad.
Ella dormía en el cuarto de invitados, mientras el tío Jasper vigilaba sus sueños. Aunque hace tiempo había perdonado a su padre biológico, el tío Adrien, las pesadillas permanecían…o eso creía el tío Jazz. La verdad es que ella las superó hace como 3 años, cuando Seth le regaló una tobillera (hecha a mano). Pero ni ella ni papá le dirían la verdad, porque él era feliz así.
A las 7 de la mañana del día siguiente yo estaba somnolienta. Mis ojos recién se cerraron a las 3 de la madrugada, pero nada de eso importaba…sólo Jacob.
Me bañé, vestí y saqué mis maletas. Todos me esperaban abajo. Cuando salimos de la casa no pude evitar mirar atrás…ese había sido un hogar temporal pero agradable, del cual tendría muchos recuerdos.
A las 9:30 cuando abordamos el avión. Me senté junto a Cassidy, ella siempre encontraba la manera de entretenerme o hacerme reír. Interrumpimos nuestra conversación al percatarnos como un par de azafatas no retiraban sus miradas de nuestros padres, para luego suspirar resignadas al reparar en las 2 bellezas que los acompañaban (nuestras madres). Sin embargo, esto no les quitaba las ganas de hacerse notar…eran unas completas lanzadas.
Mamá, que siempre se consideró a sí misma como egoísta y celosa, se molestó por las azafatas coquetas, entonces colocó su cabeza en el hombro de papá y empezó a besar su cuello. Papá acariciaba su mejilla y cerró los ojos, manteniéndolos así por el resto del viaje. La tía Alice no necesitó nada de eso, ya que fue el propio tío Jasper que se inclinó sobre ella para besarla en varias ocasiones…no le quitó los ojos de encima en ningún momento.
No me di cuenta cuando me quedé dormida pero mis labios dibujaron una sonrisa cuando mamá me dijo: — ya llegamos—
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